jueves, 14 de enero de 2016

El asombroso caso del expediente número 0130

El programa de Cuarto Milenio informó sobre un caso ovni ocurrido en la localidad granadina de Motril, descrito en un informe desclasificado, recogido en el expediente número 0130.
Fernando Cámara, coronel del Ejército del Aire y piloto de combate del ejército español, explicaba en su sección del programa "El archivo Cámara" el suceso ocurrido el 17 de noviembre de 1979 (Concretamente una semana después del Caso Manises, donde un avistamiento de origen desconocido provocó que un vuelo comercial tuviera que hacer un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Manises en Valencia, el 11 de noviembre de 1979).


El acontecimiento comenzaba en torno a las 16:45 horas, cuando se da el aviso para que un piloto vaya desde Albacete a Motril al detectarse en el radar un objeto intermitente.
El piloto se dirige hacia la costa granadina pero no tiene éxito en su búsqueda, así que recibe el aviso de regresar a la base y es entonces cuando se encuentra con algo sorprendente. Delante de él, al mismo nivel, había unas tres luces muy intensas de idéntico color con forma de triángulo isósceles.
Tras 10 minutos de vuelo sin éxito de alcanzar las luces, el avión es adelantado por la derecha por otro avión a una velocidad tremenda, de abajo hacia arriba como si llevara el postcombustor encendido. El piloto, después de lo ocurrido, avisa a la torre de control y le confirman que no hay ningún tráfico en la zona.

El objeto de gran velocidad se dirige hacia las tres luces, que se encuentran a lo lejos, y se introduce en una superficie gigantesca con forma horizontal y con una gran iluminación que se encuentra en mitad del cielo. Es entonces cuando el piloto escucha unas voces infantiles, que se ríen y hablan, e interfieren con las indicaciones procedentes de la torre de control durante medio minuto: “Hola, ¿Cómo estás?... Hola, hola... ¿Quién eres?... ¿Por qué nos sigues?...". El piloto desconcertado desconecta el canal de guardia para ver si las voces desaparecen pero no es así, por lo tanto decide apagar la radio y sorprendentemente las voces infantiles continúan allí. El piloto, atónito, decide dar la vuelta y continuar con su regreso a la base de Albacete.
Cuando llega a la base, uno de los mecánicos, encargado de hacer la revisión de la aeronave tras el vuelo, le pregunta que dónde había estado, sorprendido por el estado del avión, y ambos se dirigen a él y contemplan que se encuentra quemado, como si hubiera estado dentro de una gran llamarada, e incluso con algunos de los remaches saltados.
El piloto desconcertado informa al Coronel de la base de lo que verdaderamente había ocurrido.

Pero lo sorprendente de esta historia fue lo ocurrido al día siguiente, cuando el piloto se encuentra en su casa y al coger un vaso de cristal éste explota delante de él. Durante un mes el hombre no pudo tocar nada de cristal, todo aquello que manipulaba se rompía, como si algo hubiera hecho que su cuerpo estuviera imantado o irradiado y provocara ese efecto sobre los objetos de cristal. Después de un mes esa secuela desapareció.

El avión fue revisado íntegramente y se comprobó que no tuviera daños estructurales. El caso se cerró y nunca se llegó a saber que ocurrió en realidad. La persecución al ovni de menor tamaño y el estado en el que quedó el avión no quedaron reflejados en los informes.



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