El Palacio Real de Madrid acosado por presencias extrañas

El Palacio Real de Madrid tiene una oscura historia desde el momento mismo de su edificación, así como en el terreno sobre el que se levanta. La presencia de los espectros ha acompañado a habitantes y trabajadores en una perpetua historia de terror, desmentidos y exorcismos.

El origen de esta superstición se remonta allá por el siglo IX. En un Madrid que era Mayrit, cuando el emir de Córdoba Muhammad I fundó la ciudad. Además de ordenar la construcción de una gran muralla periférica, quiso añadir una enorme fortaleza para avistar los posibles ataques. Su propósito acobardó al enemigo hasta el año 1085, cuando el rey Alfonso VI de Castilla entró en Madrid, haciendo inertes la fortaleza. Una vez iniciadas las siguientes edificaciones, las apariciones empezaron, según algunos escritos.

En la construcción del Alcázar de Madrid, los supuestos espectros de los moros aterrorizaron a los obreros que lo levantaron. Con el incendio de 1734, que lo redujo a la nada, el miedo se multiplicó. Se aseguró entonces que lamentos y gritos acompañaron al fuego; incluso con acento musulmán.

Después de estos acontecimientos, se ordenó la construcción del Palacio Real, y varios trabajadores juraron haber visto sombras tratando de penetrar los muros ya erigidos. Incluso ante la Santa Inquisición, el mismo capataz dio cuenta de ello y de que un compañero había caído desde una escalera empujado por los espíritus. Felipe V, cansado de tales testimonios, ordenó exorcizar el palacio; aunque muchos de los trabajadores no lo creyeron suficiente y abandonaron la obra.