El dueño del bar Nick Bevon, de 33 años, encontró el desastre en su local y se llevó el susto de su vida al revisar las imágenes y ver como los vasos se movían y lanzaban solos.
“No creo en fantasmas, pero no encuentro ninguna explicación para esto”, dijo el dueño.
También explicó que en ese local existe una terrible historia de dos niños que fueron enterrados en el sótano del lugar. “Se remonta al siglo XVI o XVII y al parecer los niños estaban jugando a las escondidas en el sótano, este se inundó y quedaron atrapados”, narró.
Nick Bevon, además, constató que en el sótano existe un pozo donde habrían estado jugando los supuestos niños.
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